La Mente Maestra. Parte 2.

7 años más tarde, la historia continúa. Nunca terminó, Michael solo estaba tratando de solucionar o vivir dentro de las decisiones que había tomado con su vida, y la de su familia.

Sucede que, durante esos 7 años, él estuvo mandando señales de que estaba vivo, señales que Sarah estaba destinada a encontrar y entender ya que tenían un lenguaje secreto. Cuando ella se dio cuenta, vuelven a aparecer personajes que nunca pensó volver a ver.

T-Bag, ya ha reconstruido una parte de su alma, por así decirlo, y se ha vuelto más humano, Lincoln, hermano de Michael, sigue en problemas pero nada lo detiene para buscarlo.

Descubren que Scofield está en la prisión de Oyigia, cumpliendo una pena por terrorismo. ¿Cómo llegó ahí?, Michael, buscando que su familia quede libre de todo, aceptó el trato de "La Compañía", quienes le habían hecho la vida imposible desde la primera temporada, que constaba en ir a Yemen y resolver algunos asuntos que, obviamente, terminaron mal.

Su problema y no es solo escapar de la cárcel, ahora es algo más grande: escapar de un país desconocido. Felizmente, tenían ayuda.

El desarrollo de esta última temporada es algo rápido, solo tiene 9 episodios. Sin embargo, bien distribuido. Para ser una serie que ha decidido continuar luego de años de haber, supuestamente, cerrado la historia, ha trabajado muy bien la trama y el misterio que siempre ha existido entorno a Scofield, la mente maestra.

Hemos sido testigos, nuevamente, del compañerismo pero también siendo conscientes que Michael hacía, decía y deshacía todo con una razón, todo lo que él hacía, tenía un propósito final para sus planes, de vez en cuando se le salía todo de las manos pero, normalmente, tenía todo bajo control.

Sigo creyendo que es un personaje que sigue creciendo con el tiempo, evolucionando en su forma pero sin cambiar la esencia que lo caracteriza, un personaje muy bien trabajado si tienes en cuenta que los fans nunca van a olvidar cada detalle y eso, es lo más difícil de trabajar.