¿El mayor atraco de la historia?
- Jhorimar Meza
- 1 may 2018
- 4 Min. de lectura
La Casa de Papel nos atrapó, hay que admitirlo. Nos atrapó desde que escuchamos la voz en off de Tokio, desde que fuimos conociendo la historia de cada uno de los personajes, tan humanos como nosotros, pero desde un escenario en el que dudosamente estaríamos alguna vez en nuestras vidas.
Todo empieza con Sergio Marquina, el Profesor, que ya ha estudiado cada escenario posible, lleva más de la mitad de su vida planeando el atraco perfecto a La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, en España. Pero la historia viene de tiempos antiguos... Era un niño enfermo (en la serie, no se especifica qué enfermedad tenía, pero sí que pasó casi toda su infancia postrado en la cama del Hospital San Juan de Dios de San Sebastián), y la única familia que tenía era su padre. Él se la pasaba contándole historias sobre atracos, hasta que un día murió a balazos, a puertas del Banco Hispanoamericano; es allí donde Sergio se da cuenta que todas esas historias contadas, eran realmente los atracos que su padre hacía para poder pagarle el tratamiento, ya que ninguna beneficencia se había apiadado de ellos.
Ese es el punto en donde el plan del atraco se convirtió en algo personal para el Profesor, un plan que, no solo demostraría que un robo puede salir a la perfección, con todos libres, sino que reivindicaría la memoria de su padre.
El Profesor buscó y estudió a los atracadores que lo acompañarían en esta aventura. No debían llamarse por su nombre de pila, todo sería by alias -Alex Pina, el creador de la serie, se inspiró en la película Perros de Reserva, de Quentin Tarantino; en donde seis criminales trabajan bajo sus alias de colores-, para evitar crear relaciones sentimentales entre ellos. Es entonces donde nacen los nombres de los personajes, que no tenían absolutamente nada que perder y eso mismo es lo que los había empujado a aceptar pertenecer al plan.
Tokio, una chica desenfrenada cuyo novio murió por culpa suya; Moscú, hombre trabajador que por necesidad de sacar adelante a su hijo se hundió en ese mundo hace, ya, muchos años atrás y padre de Denver, un chico que ha llevado su vida por el mal camino y es empujado por su padre a pertenecer a este atraco por la fe que le tiene al profesor y a su perfecto plan. Rio, un joven hacker, el más hábil de su nivel, aunque, muchas veces pensaron en sacarlo del atraco por su inmadurez; Nairobi, una falsificadora de billetes profesional que perdió la custodia de su pequeño hijo por vender unas pastillas, ahora él vive con una buena familia pero ella se unió al plan con la esperanza de recuperarlo. Oslo y Helsinki son unos primos serbios muy simpáticos, si son tus amigos, con una presencia ruda y, finalmente, mi personaje favorito: Berlín. Aunque no se revela hasta el final de la serie, él es el medio hermano -por parte paterna- del Profesor, es todo un personaje con una personalidad que lo lleva a hacerse el actor, a querer ser el centro de atención, tiene una enfermedad terminal, que tampoco se sabe hasta casi el final. Es el jefe dentro del atraco a la Fábrica de la Moneda.
El plan se les ha explicado a pie de la letra, han pasado cinco meses estudiando, paso por paso, cada situación posible que se les presentara. Desde que la policía infiltrara a uno de ellos como un médico, que atraparan a uno de los atracadores, cambiar sus máscaras porque las podrían imitar... El Profesor ha pensado en todo. Pero todo humano se equivoca, Sergio no pensó enamorarse alocadamente de la inspectora a cargo: Raquel Murillo. Una mujer divorciada, con una hija y una madre que, también, se enamoró de la mente maestra del plan que le causaba dolores de cabeza. Tampoco contó con el sub inspector Ángel Rubio, compañero de Raquel quien se encuentra casado pero en un crush con ella. Él se convierte en el cabo con el que no pensó encontrarse Sergio pero que, obviamente, resuelve muy bien.
Tanto Tokio, Moscú, Denver, Rio, Nairobi, Oslo, Helsinki y Berlín cometieron errores que llevaron al profesor a pensar en diferentes situaciones a las que ya habían planeado. Se la pasó limpiando los cabos sueltos que sus atracadores dejaron en el exterior y que podrían haber sido fulminantes.
La serie termina con la muerte de 3 personajes, Oslo, Moscú y Berlín. Este último protegiendo a sus compañeros, haciendo tiempo para que ellos puedan escapar con el dinero y no los atrapen. Una acción poco esperada de un personaje tan egocentrista como Berlín.
¿Tuvo un buen final?, depende de qué tan críticos seamos.
Si te gustan los finales felices pues, claramente, pensarás que fue el mejor final de la historia de las series (no como Breaking Bad, ¿cierto?) pero, si eres un poco más exigente con el cierre de las historias, pensarás lo que yo estuve analizando.
Está claro que es una serie subirreal, que puede tener el final que le quieran poner pero, vaya, han podido hacer algo mejor. Hubo muertes, sí, pero terminó como cualquier historia de amor. Un atraco nunca tiene un final tan feliz, al menos uno termina atrapado, pero sí, podrán estar diciendo "el profesor tenía todo planeado", puede ser verdad.
¿Una tercera temporada?, innecesario. ¿un spin-off?, es aceptable. Porque no le vas a agregar una temporada más a algo que, según los últimos capítulos, ya culminó, ya se atracó la Fábrica de la Moneda, el objetivo ya se alcanzó, pero bueno, esperemos la próxima temporada con las opciones abiertas.
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